Educar de manera positiva: cómo gestionar los conflictos con nuestros hijos.
¿Cómo podemos gestionar una rabieta o una falta de respeto sin gritar o enfadarnos? ¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos no nos desafíen y cumplan las normas? ¿Qué hacer para que colaboren con las tareas de casa?
Seguro que en muchas ocasiones habéis querido tener un botón para poder poner fin a una rabieta o a una conducta desafiante de vuestros hijos. No te preocupes, ya que discutir con nuestros hijos nos agota y nos deja muchas veces sin batería. Desafortunadamente, no existe ningún botón para poder apagarlas, así que debemos hacerles frente de la mejor manera posible.
Os dejo algunos ejercicios que podéis trabajar en casa y que os pueden ayudar a promover el buen comportamiento y el desarrollo emocional de vuestros hijos.
- Normas claras y para todos. Escoged las normas que sean más importantes para respetar en casa (podéis escoger las que queráis, pero os recomiendo que sean como máximo 10, ya que así será fácil que las recuerden y cumplan). Escribidlas en una cartulina grande o una pizarra para que se vean y construidlo cuándo estéis todos. Es importante que las normas en casa no solo sean para ellos, sino que para todos los miembros de la familia. No puede ser que le prohibas decir palabrotas y luego, los mayores las digan y no pase nada.
- Atención a las emociones. Prestar atención a las emociones y ponerse en el lugar de nuestros hijos es crucial para su desarrollo. Es importante que aprendan a expresarlas y sientan seguridad y cercanía en vosotros. Si son pequeños y no saben todavía diferenciarlas, puedes comprar alguna actividad donde aparezcan niños con distintas emociones para que aprendan a identificarlas y diferenciarlas. Piensa que muchas veces, detrás de las rabietas se esconde una demanda de afecto.
- Elegir les empodera. Una simple acción como dejarles elegir entre dos o más opciones, va a hacer que ellos se sientan importantes y al mismo tiempo, estarás fomentando su autonomía. Instaurar responsabilidades como por ejemplo, hacerse la cama o poner la mesa, le ayudará también a sentirse colaborador dentro del núcleo familiar y a desempeñar su rol.
- Lenguaje positivo y reconocimiento. Elogiar las cosas que hace bien es esencial para poder construir una buena autoestima y para que se sientan valorados y queridos. Intenta usar más el “SI” que el “NO”, eso sí, manteniendo siempre los límites.
- Tiempo para jugar. El juego y la diversión son unas grandes herramientas para aprender valores y normas. Además, pasar tiempo de juego con los hijos aumenta el vínculo afectivo y promueve su felicidad.
- Consecuencias pero cuando es importante. No podemos castigarles para todo, ya que al final no van a saber diferenciar entre qué es importante y qué no. Es importante que vosotros sepáis diferenciar las cosas realmente importantes y que tengan que tener consecuencias.
Si educamos a nuestros hijos de una manera más positiva, les estaremos ayudando a mejorar su autoestima y confianza en sí mismos, y también repercutirá en la relación con los demás y en los logros académicos.
Todo son beneficios, así que...¡Muchos ánimos con el cambio!